domingo, 28 de diciembre de 2008

Los Reyes

Estoy repasando un volumen, muy bien encuadernado, que contiene una colección de,

LA RISA,
Enciclopedia de extravagancias.

Incluye desde el número 1, del 2 de abril de 1843, al número 74, del 8 de septiembre de 1844.

Vemos que entre los autores, además de “Varios poetas de buen humor” y de D. Wenceslao Ayguals de Izco, incluye también “UN HABILÍSIMO COCINERO”. Este detalle seguramente motivó que mi padre comprara este tomo para su colección.

Cada número de esta revistita tiene en su última página un AMBIGÚ, con recetas de cocina.

Se me ha ocurrido consultar la revista de estas fechas, 24 de diciembre de 1843, y 7 de enero de 1844, y aparecen ilustraciones referentes, algo sorprendentes.



A las canciones han sucedido las masticaciones; empero la cena ha concluido, la bulla empieza de nuevo; el espíritu (no digo santo porque no me gusta hacer alusiones personales), habla esta noche por diferentes órganos; en fin el baile comienza; el baile! quién lo dijera! pues nada menos; mientras las niñas, convertidas en pastoras de Belen, agitan sus airosos cuerpos delante del Nacimiento; las madres recuerdan su infancia, a los papás les cae de gusto la baba y todos olvidando sus penas celbran la NOCHE BUENA.

Carlos Massa.






Oscura la noche, lluviosa y helada,
que al hombre mas hombre causara pavor,
la escala en los hombros, la espuerta colgada,
moviendo el cencerro con bélico ardor,

Un noble asturiano, seguido de ciento,
buscando los reyes que Oriente admiró,
gozoso se agita y lanzando allá al viento
sus duros acentos, la turba aplaudió.

Mil veces cayendo, mil otras se alzando,
a fuerza del mosto que el cuerpo encerraba,
blandiendo las teas, cencerros sonando,
alegre hacia el campo la turba marchaba.

Que vienen los reyes sembrando dinero!
exclama un beodo soltando la bota,
que viva el buen vino! prorrumpe el primero,
que vivan los reyes! Después alborota.

Carlos Massa

lunes, 15 de diciembre de 2008

Invitación de Antonio Corbalán


Antonio nos invita a la presentación del libro,
en el Casino de Cartagena, el día 23 a las 19.30.

¡No podemos faltar!

Pozo árabe de Toledo

Aprovechando que estoy de vacaciones, me entretengo en clasificar algunos libros que tengo descolocados. A mi padre le gustaba el dibujo, por lo que hay infinidad de libros de dibujo, arte y demás.


Tengo en la mano uno que se titula ALBUM BECQUER, y está editado en Madrid, en 1925. Son todo ilustraciones acompañadas por una descripción referente. Los dibujos son de Valeriano Becquer, y los comentarios de su hermano, Gustavo Adolfo Becquer.

Al hojearlo, me ha sorprendido esta ilustración. Será por la originalidad del pájaro -¿un mirlo?- que bebe confiadamente, por el arabesco del brocal, no lo se.



POZO ÁRABE DE TOLEDO
En la calle de San Ildefonso, y próximo a la capilla levantada sobre el mismo terreno en que es tradición vino al mundo el célebre arzobispo de Toledo, hay un pequeño jardín hecho sobre el solar de una antigua casa. En el extremo de este jardín existía, desde hace mucho tiempo, un pozo cuyo informe brocal presentaba el aspecto de un mal trazado círculo de ladrillos revestido de argamasa oscura. Al tratar de destruirlo, apareció debajo de la grosera corteza que lo envolvía el que es objeto de nuestra ilustración, que por su sencillez y elegancia constituye un ejemplar digno de estudio del arte árabe español. Este hermoso brocal es de tierra roja cocida y bañada, y su adorno lo forman grecas, por entre las cuales corre rodeándole una magnífica inscripción en caracteres cúficos ornamentales. La inscripción y la greca son verdes y destacan por el color y el alto relieve que presentan sobre el fondo blanco mate del brocal.

Escrupulosamente copiada, daremos, oportunamente, la inscripción con un doble objeto: el que los orientalistas la estudien y la traduzcan, si es posible, toda vez que ya algunos verdaderamente dignos de este nombre, a quienes hemos acudido, hallan bastante difícil la empresa, y el de reproducir un hermoso modelo de caracteres cúficos empleados en la época que podríamos llamar clásica de la arquitectura árabe española, de los cuales se encuentran raras inscripciones, no recordando nosotros ninguna en que sólo la letra, sin combinarse con otros elementos extraños a su configuración, forme un adorno tan rico, tan elegante y completo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

El Celler de Can Roca


Foto de la página wed de El Celler de Can Roca

Soy entusiasta seguidor de Salsa de Chiles, y acabo de leer su entrada titulada La sinfonía de Can Roca. Maribona ha hecho una descripción estupenda de los Roca, y algunos de los detalles me han interesado, por lo que quiero comentarlos. Se comprende que no todos podemos visitar estos locales maravillosos, por lo que debemos aprovechar las experiencias de quienes lo hacen. Don Carlos menciona –refiriéndose al equipo- a 24 personas en cocina y 12 en sala; 3 por mesa, según leemos.

Me preocupa generalmente la rentabilidad de los establecimientos estelares, y siempre tengo dudas –deformación profesional del aspecto económico- de la viabilidad de los mismos, por lo que la suposición de 4 únicas mesas, se me antojaba increíble. Enseguida he comprendido que serían en realidad 12 las mesas del local, lo que nos sitúa en 50 comensales aproximadamente.

Tratando de visualizar el local de Can Roca, para comprobar lo de las mesas, he visitado



donde más o menos aparecen las doce mesas. En realidad, es una página enciclopédica. Muy clara y transparente, donde vamos descubriendo todo el entramado de este empresa –El Celler de Can Roca- que está muy bien organizado.

La lectura del largo, laudatorio e interesante comentario de nuestro crítico emblemático actual nos ha dejado, además de un intenso deseo de visitar el local, una referencia al último ejemplar de APCIUS, que se inicia precisamente con un importante y extenso trabajo sobre El Celler de Can Roca. Transcribo a continuación un detalle, para facilitar el acceso -solo visual, claro- a este paraíso culinario, a los visitantes de este modesto blog, que, aunque pocos, alguno si hay.


De la revista APICIUS –otra de las maravilla actuales- copiamos el siguiente comentario:


Una de las máximas virtudes de El Celler de Can Roca es ser un restaurante válido tanto para los que se inician como para los gourmets más aventajados. Trabajan para todos ellos. Joan y Jordi enganchan con su elegancia y precisión en cocina a aquellos que jamás han visitado un restaurante gastronómico teniendo en cuenta, eso sí, que su discurso es intelectual. Es una propuesta muy personal porque no olvidemos esto; es cocina de autor.

En una de las cenas descubrimos cómo dos señoras de mediana edad le transmitían a
Josep la sensación real de pena porque se les acababa el plato. Quizá esta pareja no descubrió esa lectura intelectual del plato en cuestión pero los tres hermanos estaban felices. Habían sido capaces de llegar a su alma.



Al Celler de Can Roca, le dedica APICIUS 10 capítulos, de los que el primero se titula La cocina del vino, en donde aparecen tres recetas, de las que copiamos las fotos.


Foto: Carles Allende
Ostra Chablis

Foto: Carles Allende
Ostra al cava

Foto: Carles Allende
Bombón de pichón con Bristol Cream