lunes, 20 de diciembre de 2010

Alejandro Dumas



Alejandro Dumas
Ilustración de Carjat,
del Dictionnaire de l'académie des Gastronomes


Acabo de iniciar un repaso de los títulos gastronómicos de Alejandro Dumas, y ya, en el primer libro que se me viene a la mano, Le Grand Dictionnaire  de Cuisine,  en la primera y segunda página, lo que aparece me anima a comentarlo en Charla de sobremesa.

En  la edición del Conde Tchou de 1965, leemos en una nota al margen -de Jean Arnaboldi- donde comenta la obra de Dumas:

"... alguien le reprochó, en un momento determinado, haber manipulado a su gusto la historia y, en cierta manera, haberla violado. "Efectivamente, respondió usted, pero ¡que hermosas criaturas le hice!" -Cierto, y nadie se atrevería a reprochárselo"

En la página siguiente, aparece un grabado que nos induce a pensar que el gran Dumas, no era excesivamente partidario de las dietas de alimentos y preparados livianos, si no que más bien se decantaba por la cocina elaborada.






Del Dictionnaire de l'académie des Gastronomes


Mujer de Nueva Holanda, que se alimenta de pescado crudo, crustáceos y reptiles asados

Mujer europea, de raza latina, que se alimenta según los extensos recursos del arte culinario

Dumas -1802/1870- Autor de "Los tres mosqueteros" (1844) y "El conde de Montecristo" (1844) se retiró en Roscoff para escribir el Grand Dicctionnaire de cuisine, con el convencimiento de que iba ser su obra maestra.


En el Larousse gastronómico leemos:

"...En el terreno estrictamente culinario es poco fiable, a pesar de la amistosa colaboración de Joseph Vuillemot, alumno de Antonin Carême, que publicó una versión revisada y abreviada del Dictionnaire en 1882. Pero, a pesar de sus errores, sus lagunas y sus juicios precipitados, la obra, escrita en un estilo ameno y divertido, está llena de anécdotas y de artículos mitad rigurosos y mitad jocosos, que la convierten en "la más sabrosa de las novelas de capa y apetito" (J. Arnaboldi)".

Del Dictionnaire de l'académie des Gastronomes


Al final de la presentación de su diccionario, Dumas nos comenta:

"La ciudad, después de París, que cuenta con más restauradores, es San Francisco; tiene restauradores de todos los países e incluso chinos. Uno de nuestros amigos, que ha cenado en un restaurante chino, ha traído la carta y nos la ha mostrado:

Sopa de perro   . . . . . . . . . . " fr. 50 c.
Chuletas de gato. . . . . . . . . .  1   50
Asado de perro . . . . . . . . . . "      75
Pâté de perro    . . . . . . . . . .  "     20
Ratas braseadas. . . . . . . . . .  "     20

La carta está firmada e incluye el sello del restaurador, para que no se diga que es una carta hecha a propósito".

...

Jean Arnaboldi comenta al margen una frase de Edmond et Jules de Goncourt:

"Existen en el mundo dos civilizaciones, la francesa y la china, ya que ambas tienen una gastronomía y una cortesía

No hay comentarios:

Publicar un comentario